1.
“Visiones perezosas de necróticas almas muertas que despliegan su aliento en el firmamento, dando vueltas en las ramas del árbol de la vida. Pasos inciertos de espeluznantes amebas marinas que comen ciudades perdidas en el tiempo, con risas alocadas de payasos estúpidos y seres inertes. Los autómatas andan por las calles vestidos de lujosas perlas negras y danzan por las avenidas de muerte azul y olor a cansancio. Rezos estupefactos y miradas perversas de músicas antiguas subiendo escaleras de caracol a lo alto de una inexistente nube tóxica de dioses podridos de dolor y egoísmo. Razones equivocadas de prostitutas huérfanas y vidas rotas de dolor acristalado, de miradas perdidas y cruzadas por mares de sangre negruzca que justifica la fruta de la muerte. Decir palabras huecas para romper la capacidad cognitiva de miles de personas estúpidas y alocadas con ganas de vivir algún día. Necrosis múltiple que divide la racionalidad atómica en muchas fases humanas amorfas y anacrónicas. Dar a luz una sensación de vida lejana con ropas de antaño”
2.
“Repetidas propuestas de andares danzantes y premios de colores. Tener esperanza en saber si Dios existe o si ni si quiera existimos en realidad, dando lugar a peleas dialécticas y a movimientos digestivos peludos y mortales. Querer sentir el alma del mundo y rendirse a los pies de la agonía real. La transubstanciación mitológica que camina por la senda de la vida eterna y que impide nuestras propuestas limpias de amianto y cera. Colmenas de luz apagada que emergen del agua marina y que eliminan nuestra conciencia de avatares perniciosos y dañinos. Querer ser el excremento que rige el horizonte de la sexualidad perdida, emitiendo roncos sonidos guturales y mordiendo el tiempo como los ogros del pasado. Nadando por un mar de miseria verdosa y de caricias anodinas, palabras voladoras y canciones apestosas. Zambullirse en sensaciones emocionales que nos matan desde dentro y que quieren robar nuestro tiempo para almacenarlo en las cuevas del tiempo. Grilletes de mentira que nos humillan ante los seres queridos y que quieren hundirnos en la parodia de nuestros antepasados”
3.
“Efecto alucinógeno de marcas amarillas. Polillas que andan sobre el horizonte roto de las amigas de nuestros enemigos. Putas callejeras y seres grises que andan sin sentido y muertos por dentro, que aman la soledad arruinada de sus vidas, que miran sin mirar y que desean sin desear. Llorosas señoras altas y de sombrero de plomo, que huelen su propio ser sin sentir la roja línea gruesa de la muerte que se apostilla en la esquina de la pasión perdida. Dar rienda suelta a las ganas de mentir a la persona querida, danzando sin elocuencia en un radio de varias millas. Diagnosticar enfermedades que se comen la ilusión de sueños arrinconados en la mente humana sin saber hacia dónde poder ir, sin querer ser vistas. Puertas giratorias que no giran y zapatos de curas muertos que se pudren con la mirada del tiempo y la sonrisa de la diosa. Militares que lloran sangre negra por sus ojos cansados de la mentira y que apestan a promesas incumplidas. Tiempo y silencio, sillas rotas y mecedoras antiguas, dinero y clases de música. Radios que suenan a dolor pasado y camisas planchadas que sirven de excusa para matar a alguien, dando palizas mortales”
4.
“Cerebros de papel que pesan como el acero. Oro y brillantes adornando la puerta de una iglesia y que matiza el movimiento del tiempo. Seres de otros planetas que vienen a ser queridos por nuestras bombas de egoísmo y miseria. Espíritus parlantes y altavoces de aparatos de música que se unen en una danza escolástica y virgen. Decir palabrotas para reír solo en el desierto y comer esperanzas de canciones blancas y muebles de ébano. Sentir compasión por los chicos del coro y dar rienda suelta a la locura de la histeria. Armas que matan y movimientos pasivos. Plumas de hormigón y edificios de espuma gris, pisadas de hierro y racimos de uvas en estanterías de madera incolora. Atriles de marfil y violines de arena que tocan melodías inexistentes y amarillentas. Distancias galácticas y camiones cargados de escombros, camino del vertedero. Luz, gas y palomitas de maíz. Hornos que queman lo vivo muerto y lo muerto vivo convertido en terrazas de la agonía. Picor de ojos y gotas de lluvia que dan sentido a la tristeza infinita de la soledad epicúrea”
5.
“Moho verdoso lleno de pompas de cristal roto. Enanos de caras arrugadas, marrones y alargadas que beben el tiempo. Caras palabras pesadas de contornos estúpidos y anatemas dolorosos, rotos de madera apuntalada. Clavos hundidos en carnes vivas que quieren dar lecciones de amistad. Mentes andantes que rinden homenajes a paisajes lejanos. Esferas y tiendas en calles renqueantes de movimientos automáticos. Mantequilla y harina que sirven para aclamar el éxito de una nación en pañales, quejidos de animales y montañas partidas en múltiples planos repletos de sarcasmo. Pisadas en barro ajeno y sardinas calentándose a fuego lento en lejanas islas con palmeras de ilusiones complacidas. Sexo sucio y personas dolidas de droga y enfermedad comestible. Plaza mayor en un pueblo menor y caminos nevados en planchas de oro fino. Botones untados en petróleo y barcos que llenan el aire de diamantes plastificados. Pianos desafinados y en movimiento circular en una espiral ascendente que cruza un muro de ladrillo y llega hasta el cielo”
6.
“Camas paralelas y ventanas relucientes que dominan el arte de consumir verdades. Marcos de cuadros viejos en casas nuevas y doncellas folladas por criados brutales. Picor de garganta y pesadillas horribles que nos hacen sentir el frío clima de nuestras sensaciones orales. Culos superpuestos y dentaduras postizas que babean en montañas llenas de pinos centenarios. Millones de siglos aprisionados en botellas de cristal azul con tapa de goma. Pompas y explosiones en zapatos de cuero, gatos dormidos y vallas publicitarias. Minimalismo enfermizo que mata a las moscas de aburrimiento, con dinero que sacamos de cajeros automáticos. Rendirse ante lo inevitable y comer con ganas. Tener sed y beber carne ahumada y pescado fresco. No decir nada, y meterse debajo de una cama sucia y antigua. Caminar descalzo con las uñas llenas de tiza blanca. Pizarras de colegio que reflejan lo pronto que hemos empezado a envejecer y lo contento que estamos. Bolígrafos de colores y profesores dormidos. Raíces en las patas de las estanterías con bidones de gasolina podrida”
7.
“Polillas redondas que deambulan por la rivera de un río gordo y lleno de piedras marrones. Nubes que danzan en la cima de una montaña y enloquecen de hambre. Edificios grandes, llenos de recuerdos plomizos y rincones oscuros con arañas acuosas y sudorosas esperanzas. Romper el sentido de la nada, nadando hacia el sentido opuesto. Marcas una cruz en la cara de Satanás para reír de la sensación de inmortalidad. Sonámbulos de la cruzada hacia los infieles, que quieren ser víctimas de golpes amorosos y emplumadas caricias. Gargantas que gritan soliloquios estúpidos y premian a jugadores con dinero y caminan hacia atrás. Cestos de mimbre y plata, llenos de arroz molido sin sentido y que quieren marcar la diferencia entre el bien y el mal. Nacionalidades cansadas por el paso de la tristeza en los ojos del amado, que pulsan la diferencia entre la vanidad y la diversión vacía. Huevos en los ojos con nidos de pájaro dentro. Calaveras muertas en vívidas estrategias de guerra, aviones sin alas que queman ilusiones de papel en huertos de pueblos perdidos”
8.
“Rascar el pensamiento cromosómico de asonancias y genes muertos. Golpear la capacidad de mendigar. Pasar hambre y comer soledad sentado en un banco de piedra, comiendo relojes de arena que marcan nuestra agonía. Pañuelos sucios y sucios recuerdos de peleas negras en callejones verdosos. Pies planos y cabello blanco de cansadas pestañas de platino. Sol abrasador en columnas de hormigas ciegas que cantan la canción de su patria, mientras el humo de la vista divina marcan el compás. Violines de aire que emergen del suelo y aplastan al gigante con el sonido de sus cuerdas. Ventiladores torcidos y paisajes infinitos, en cucharas alargadas con iniciales de sus dueños. Picor de ojo y dolor de muelas, fachadas de ladrillo rojo y rojos colores en la piel del indio. Locura embasada para ser comprada por monjas asesinas en ciudades contaminadas. Millones de ojos en caras tristes, sucias de pobreza y pecas de prostituta. Suspirar por el mas allá, pasillos giratorios de baldosas blancas, operaciones de corazón que llevan a la invalidez y tumores servidos en platos lacados en restaurantes caros”
9.
“Desde la oscuridad del silencio, ciempiés de hojalata que serpentean por encima de la dignidad perdida de papeles en blanco. Cerillas que marcan la señal perdida de posibles ambiciones escondidas. Terremotos de amor incomprendido que comprenden el sistema más perfecto jamás concebido. Cajones de madera y cucharas de oro líquido que sostienen la linterna cegadora, movimiento oscilante del tiempo interno. Aire que sopla por encima de las cosas inertes, y muerte viva que resopla por detrás de las arañas. Gusanos de seda que eliminan su sentir de miseria a través de las esquinas en penumbra. Decir frases entrecortadas y rasgar las palabras con cuchillos de otros idiomas, en otros dialectos. Caminar ciego de arrogancia por el camino de la Historia que nunca pudo ser y que jamás será concebida. Puntuación de la discordia y semiótica garrafal que nos elimina de un plumazo de la escena del crimen. Eyaculaciones femeninas que perforan la memoria de quienes quieren ser individuales en la atmósfera divina y oxidada”
10.
“Futuro perdido en esquemas matemáticos y dialéctica de la estupidez machista. Creaciones humanas que sirven para la autodestrucción y la inseminación artificial. Locura lateral en pasillos lejanos que inspiran atrocidades pintadas de azul. Risas y muerte, atrofia y payasos de feria. Querer tocar el cosmos con las yemas de los dedos mientras un tumor juega con tu sombra. Pisar hierba y comer moléculas suspendidas en lo alto de las montañas, pedir prestados dos grandes zapatos de acuosa hostilidad y alardear de poder vivir mil años. Biblias de dolor y sangre, encuadernadas en mierda enfermiza, leídas por locos ciegos y mudos, con aliento a muerte. Sentarse encima del tiempo con calcetines a rayas y perder la noción del tiempo porque hemos muerto de antemano. Melodías y campanas que suenan encima de nuestra memoria, rasgando nuestro cráneo y diseminando nuestras ideas por el fondo del océano. Masturbación de las mariposas sobre las flores que crecen sobre el cuerpo inerte del recuerdo”
11.
“Apoteosis de la información y la existencia. Dejar descansar en paz el pasado y untar en sudor el futuro que no queremos que llegue. Miedo y cascadas de rabia contenida sobre tapetes verdes donde se juega con avaricia a las cartas. Dinero sucio de sucias historias de poder, caminos de chocolate y tierras movidizas. Follar con la vecina y amar a las putas. Cambiar y revertir el sentido de casi todo para no conseguir casi nada, nadando y andando. Palabras heridas de malos entendidos y curaciones inexistentes. Víctimas de la guerra que tendrán que romper en mil pedazos sus silencios enfermos de pena dura y hueca, sin querer salir al sol de la esperanza, sin poder redimir sus apolilladas almas pétreas. Gotas de lluvia que caen como bombas atómicas sobre un árido terreno espasmódico y estéril. Esterilidad lírica en músicas muertas y disonantes, que caminan por bosques llenos de opacidad serena. Nuestro suelo rezuma gritos y algunos son escuchados por pájaros de fuego y luna llena, llena de brillo oscilante y de apariencias de felicidad vertical”
12.
“Borrar el ambiente de la destrucción y pintar de alegría un vaso vacío en un bar perdido. Jugar a no ser nada en concreto y serlo todo sin saber serlo. Diáfanas acuarelas de paisajes mudos, insectos de mil patas que pasan por encima de nuestra vida sin poder sentir la evidencia de nuestra estupidez. Léxico mágico que gravita a través de los poros de nuestra piel alocada, que conmina a la vejez más rampante y asquerosa. Morder el polvo y sentir la acción de la muchedumbre en el concierto de la vida. Coitos veniales de pecados inmorales que suscitan la tortura y el olvido. Cristales de mil colores que pululan como los lobos en la casa de Dios. Buscadores de reinos perdidos en historias escritas con luz y alcohol, comida de abuela y ratas infectas. Polillas transmisoras de transistores rotos y candelabros oxidados con luces vívidas como las palomas. Problemas sin resolver que provocan animosidad y desobediencia empírica. Ánimos abatidos y desplumados en cuerpos adinerados por la inexperiencia. Libros incunables que transmiten la mendicidad racional del ser humano”
13.
“Insultos de gratitud, evaporación y la Santísima Trinidad. Clavos abiertos que persiguen al infiel y quieren retener porosas gotas de luces artificiales. Paraplejia andante que suscita pena y que corre como gacelas en una pecera. Ataúdes de color marrón en el campo de fútbol, aplausos y sonidos asonantes. Millones de manos con millones de dedos, con millones de caras anónimas. Felinos marinos que corretean arruinados en ferias de pueblo. Tocar el clarinete y respirar una partitura que contiene obras de otros autores. Defecar en la estatua de la memoria y retocar el precio de la desesperación. Martillos que acarician plumas en la cara de la monja y que inundan de sarcasmo la sonrisa de la perversión. Líneas paralelas y perpendiculares que abrazan el sabor a destrucción nuclear. Dolor de cabeza y ganas de suicidio, olor a muerte y gárgaras de eter. Pornografía infantil que conlleva la ruina eterna en almas inmortales y de dudosa educación. Policías que sostienen en un huevo duro la dignidad social. Fumarse el tiempo en sorbos anodinos y sibatiras, esperando el fin de todo”
14.
“Pezones de roturas en el alma. Dormirse de risa en espacios abiertos y horizontes llenos de basura filosófica. Metafísica de la nada y anacronismos necróticos que deambulan por las aceras rosas. Gente apelmazada en las alcantarillas de la localidad más cercana, a millones de años luz. Locura privada que silencia la conexión neurológica. No saber qué hacer durante la vida para adorar la llegada de la muerte. Miradas que traspasan paredes de ladrillo y balas de acero que no llegan a su destino. Paseos de personas sin piernas, parapléjicos llenos de ganas de vivir y ricos empobrecidos. Narices y coños, pollas y anos sucios de soledad alcoholizada. Robar en sitios vacíos y bailar en cementerios olvidados. Quemar el diario de un argonauta y ahogar a criminales en bañeras de mármol, en palacios de cristal. Soledad liquida y calculadoras rotas. Pedos y rosas, pies y sombreros de paja, campos y escombreras. Patadas al balón para que llegue hasta la cima de la creación. Lucifer se afeita reflejándose en el espejo de la Humanidad mortecina. Cómic del mal”
15.
“Muchedumbre de objetos complementarios. Encuentros persistentes en el tiempo y que quieren desaparecer en el infinito. Infinitud de lemas e himnos raros, con letras graciosas en groseras bocas sin dientes. Sífilis en almíbar y leprosos doctos en literatura. Escritura automática que elimina de nuestra cabeza el sentido de la vida, de los prejuicios y de la educación interesada. Moneda de cambio que prostituye la dignidad de la raza. Especies de animales entrelazados y de difícil metamorfosis, tratando de ser hospitalarios. Hospitales de salud y salubridad enferma de hongos voladores. Teclear el éxito con todo lujo de detalles, paladear el párpado que nos dio vida alguna vez. Pestañas y labios que son regalos caros. Rezos de putas creyentes y de curas homosexuales con niños en sus regazos. Poemas y refranes que dictaminan la fecha exacta de nuestra extinción, que localizan nuestro cáncer, que lobotomizan nuestra memoria. Componer música para ser infelices y suicidarnos en la estupidez de la desesperación. Tomar prestado la vida de otros para vivir peor”
16.
“Espaldas llenas de ruinas oscilantes en duelo con el recuerdo. Sudor lejano y aromas a plantas metálicas. La luz se expande por la inmensidad de un océano de situaciones adversas. Humo que trastoca la esencia de la madurez perdida y que adopta formas de animales que nunca existieron. Bocas llenas de ruina amorfa, comidas por si mismas y que gritan palabras mudas. Desesperación contenida en botes de aluminio y expuestas en galerías de arte. Pasividad masiva de engendros alegres. Botes de colores y esencias perdidas. Guerras furibundas que nos llevan al otro lado de caos sin saber porqué, dando las gracias a nuestro Dios ruinoso y oxidado. Axiomas voladores en cascadas de ideas oblicuas y espesa densidad. Prados verdes y flores podridas, olores marchitos y visiones ciegas. Tejados llenos de recuerdos aplastados por campanas que suenan sin ser oídas. Lamentaciones de niños que no han nacido todavía en madres estériles y padres matados en la guerra, saltando la comba y pidiendo caramelos de arsénico. Libros cerrados para siempre que están llenos de historias duras como las lágrimas de Jesús”
17.
“Plástico adyacente que arrima el caos a la nada. Parques llenos de árboles ahogados en odio y fuego. Calles de pueblos abandonados por gente que jamás volverá, comprando objetos bidimensionales en escaparates de antes. Antigüedad embasada y pobreza extrema. Dar saltos en el borde del precipicio gris y tocar el sol con la punta de la lengua. Lagunas en la memoria y saltamontes asesinos que ríen toda la tarde. Paseos por el parque y pasos sordos de gente con zapatos negros llenos de historia, caminando hacia la autodestrucción del Mundo. Lágrimas de sangre de gente feliz sin capacidad cognitiva, por aceras llenas de colillas y tabaco muerto, necrótico, que arrima la esperanza a ser olvidada o barrida algún día. Días y noches asados a la plancha para ser comido en sitios cúbicos. Cuadrados y redondeles de pirámides antiguas. Recordar escenas del futuro y prever acontecimientos del pasado. Asado y el marqués de Sade junto a la chimenea de la Historia infame, quemando papeles rotos y llenos de palabras necias. Latigazos en el borde del cielo”
18.
“Tigres y microbios andantes que rugen al primero que ven. Cartas que nunca llegan a su destino de farolas torcidas por el mal aliento. Amistades enemigas y amigos llenos de odio. Dolor pasado por agua en contiendas de guerras perdidas de antemano. Ser optimista dando paseos por el canto de una hoja, machacando el haz de luz que rebota de Dios en nosotros. Aviones en las nubes y diablos en la tierra, comiéndose los unos a los otros. Artrópodos intestinales de flores flotantes. Dar rienda suelta a la lujuria leyendo la Biblia y pesándose en una báscula. Rascarse la mente dominando un grupo humano que se deshace con el poder del hielo. Madrugadas negras como huecos en el cielo, estrellas que dan fuego líquido y amor eterno. Dedos por todas partes y partes partidas en diversos espejos neutrales. Brazos motorizados y visiones robotizadas. Golpes en el aire sin poder tocar la virginidad del caos. Metrónomos que marcan el paso de las ranas croando en sus madrigueras. Resina estúpida en arenales lejanos. Saliva espesa en momentos de rabia contenida, sedienta de venganza”
19.
“Silogismos convertidos en fetiches absurdos. Manzanas y arquetipos disminuidos a su máxima expresión. Apagar la vela de la infelicidad decorando la infidelidad masónica al más alto grado superlativo. Reyes destronados, reproducciones de sonidos adheridos al encuentro de la nada pasiva. Objetos que reptan por el canto de una moneda valiosa, llena de historias furibundas y plásticas. Personas que orinan en espacios sonámbulos, eructos sacrosantos en ermitas ateas. Manifestaciones del perdón eterno y de la desgracia humana. Cuchillos que cortan el tiempo en rodajas toscas como la pasión. Parábolas de la ciencia y de la suerte. Teatro de cine y juegos del azar cancerosos. Hoteles sin ventanas y patines sin ruedas que olvidados han quedado en rincones ardientes de justicia absurda. Masticar las lágrimas y los dientes de bichos gigantescos, en épocas pasadas. Muros infinitos que separan las barreras herméticas y diáfanas de castillos de espuma, aire y sarcasmo. Medirlo todo por el patrón de la locura ajena. Tratar de seguir el rastro de una pluma en el Sistema Solar”
20.
“Miradas a si mismo que develan la incomprensión de nuestro ser. Alimentos que crujen al paso de la marcha funeraria. Bodas teñidas de polémica acuosa y de recuerdos de mártires en la cruz. Pianos con teclas de papel cebolla que rigen el destino de la Humanidad, sin tocar una sola nota afinada. Gatos descuartizados en barracones ignominiosos. Perros que ladran a la orilla del mar junto a sirenas que coleccionan sellos. Peces enormes, enfermos de alegría acuática, pintados en paredes del más allá. Mujeres guapas listas para el suicidio colectivo con champán. Bañeras llenas de tiempo aplastado y pesante, tramos de la existencia envueltos en cartón de odio y máscaras venecianas. Relojes analógicos en pasillos de espera con espuma en las manillas. Maullidos desgarrados y postales de vacaciones llenas de malos recuerdos. Familias enteras desnutridas por el produccionismo de estúpidas sociedades ciegas y materialistas. Caderas de plástico y prótesis infernales. Saludar a la vida con periódicos usados y ropa transparente. Morir lentamente y convertirse en tiempo pasado”
Copyright Carlos Perón Cano 2010.
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